La hija del relojero, Kate Morton

FICHA TÉCNICA

Título: La hija del relojero

Autora: Kate Morton

Editorial: Suma de letras (haz clic para ir a su web)

Año de publicación: 2018

Número de páginas: 640

Género: novela de misterio

SINOPSIS de LA HIJA DEL RELOJERO

En el verano de 1862, un grupo de jóvenes artistas, guiados por el apasionado y brillante Edward Radcliffe, viaja a Birchwood Manor, una casa de campo en Berkshire. Tienen un plan: vivir los siguientes meses recluidos y dejarse llevar por su inspiración y creatividad. Sin embargo, cuando el verano toca a su fin, una mujer ha muerto de un disparo y otra ha desaparecido, se ha extraviado una joya de valor incalculable y la vida de Edward Radcliffe se ha desmoronado.

Unos ciento cincuenta años más tarde, Elodie Winslow, una joven archivista de Londres, descubre una cartera de cuero que contiene dos objetos sin relación aparente: una fotografía en sepia de una mujer de gran belleza con un vestido victoriano y el cuaderno de bocetos de un artista en el que hay un dibujo de una casa de dos tejados en el recodo de un río.

¿Por qué ese boceto de Birchwood Manor le resulta tan familiar a Elodie? ¿Y quién es esa hermosa mujer que aparece en la fotografía? ¿Le revelará alguna vez sus secretos?

Narrada por varias voces a lo largo del tiempo, La hija del relojero es la historia de un asesinato, un misterio y un robo, una reflexión sobre el arte, la verdad y la belleza, el amor y las pérdidas. Por sus páginas fluye como un río la voz de una mujer ya libre de las ataduras del tiempo y cuyo nombre ha caído en el olvido: Birdie Bell, la hija del relojero, la única persona que vio todo lo sucedido.

OPINIÓN PERSONAL

He tenido la oportunidad, y el placer, de leer la última novela de Kate Morton gracias al sorteo y lectura conjunta organizado por los blogs de Lunilla de El templo de la lectura, Laky de Libros que hay que leer y Albanta de Adivina quién lee, a quienes, con la editorial, agradezco el envío del ejemplar. Así que vamos a meternos ya en materia. 

De Kate Morton sólo había leído El último adiós y Las horas distantes, y aunque ambas me gustaron no me había puesto con ningún otro de la australiana, hasta su última novela, a la que le tenía realmente muchas ganas. 

Como nos tiene acostumbrados la autora, la trama se bifurca en dos tiempos narrativos. El presente, con Elodie Winslow a la cabeza, y el pasado, ambientado a finales del siglo XIX y que irá hasta mediados del siglo XX, con otra mujer como protagonista, alguien que se hace llamar Lily, en la mansión llamada Birchwood Manor, que se convierte en nexo de unión entre pasado y presente, y en otra protagonista del libro. 

Elodie es una joven archivista londinense que trabaja en la empresa Stratton, Adwell & Co, así que su trabajo consiste en catalogar y archivar documentos y objetos antiguos que el fundador de su compañía y los demás que le han sucedido, se dedicaron a conservar. Elodie, además, está a punto de casarse con su prometido, Alaistar, y es su futura suegra, la que está al mando de todos los preparativos. Sin duda, le falta su madre, una famosa violonchelista que falleció cuando Elodie era pequeña. Una mañana en el trabajo le toca revisar una antigua caja; en ella encuentra un bolso que contiene unos bocetos, donde aparece dibujada una casa que enseguida reconoce por un cuento que le contaba su madre, y una fotografía de una joven preciosa. Su descubrimiento marca a nuestra protagonista, quien no puede sacarse a la enigmática joven de la cabeza, y se empeña en no parar hasta conocer su identidad. Sus pesquisas se aceleran cuando habla con su tío abuelo Tip y le da la sensación de que, tras enseñarle la foto de la chica, éste la conoce, y además por reconocer también la casa, que finalmente ubica y descubre su nombre: Birchwood Manor. A eso, cabe añadir que llega a su poder una antigua fotografía de su madre tomada un día antes de su fallecimiento por accidente de tráfico, y que parece estar también vinculada con la enigmática casa. 

La trama del presente discurre narrada en tercera persona, no así la del pasado, que nos la cuenta en primera persona Lily. Esta joven musa, modelo y amante del pintor Edward Radcliffe nos contará qué sucedió el verano de finales del siglo XIX que pasaron junto con unos amigos en la casa de Birchwook Manor. Qué ocurrió una desapacible noche en la que falleció la prometida de Radcliffe y desapareció una valiosísima joya. Para descubrirlo conoceremos a muchos más personajes, cuyas historias llenan capítulos del libro, algunas me han gustado más y con otras he conectado menos. 

Creo que el libro tiene un comienzo un poco desdibujado pero va cogiendo fuerza y ritmo a medida que avanzamos, para ofrecernos una última parte muy interesante y bien ligada, donde el misterio cobra protagonismo y descubriremos todos los interrogantes que se nos han ido agolpando con su lectura.

En definitiva, creo que es mejor no contar mucho más de la novela, sino invitaros a conocerla por vosotros mismos. Lo que sí puedo deciros es que con el estilo elegante y los toques victorianos característicos de la autora, este libro nos ofrece una misteriosa historia que va de menos a más, con mujeres como protagonistas principales, una ambientación, como siempre, bucólica y bien trabajada, y un final que deja muy satisfecho al lector. Creo que ya había dicho que os la recomiendo ;D