Todo es posible, Elizabeth Strout

Título: Todo es posible

Autora: Elizabeth Strout

Editorial: Duomo Editorial

Año de edición: 2017

Género: Narrativa

Una famosa escritora vuelve al Medio Oeste americano, a la ciudad de su infancia, y desencadena una serie de hiistorias narradas por aquellos que la conocieron: recuerdos de soledad y condescendencia, sutiles y poderosos sentimientos; y el siempre creciente abismo entre el desear y el tener.

Todo es posible es la novela que sigue a Me llamo Lucy Barton de la escritora de Maine, Elizabeth Strout, y es en esencia el relato intimista de una serie de personas que conocieron Lucy Barton, escritora de la pequeña población del Medio Oeste, Amgash, que huye de una infancia llena de miseria y pobreza a Nueva York donde encontrará la fama y la felicidad. No puede llegar a considerarse Todo es posible como una segunda parte de la anterior novela de Strout, y aún estando relacionadas entre sí, pueden leerse de manera totalmente independiente. 

Tras su lectura resaltaría sobre todo lo mucho que me ha gustado el modo de la autora, cómo te acerca a la historia y a sus personajes, ofreciéndote pequeñas y sutiles descripciones, diálogos y pensamientos, sin caer en demasiados detalles pero tampoco en la simplicidad. 

La trama gira en torno a la publicación de la nueva novela de Lucy Barton, y este hecho desencadena una serie de sentimientos y reacciones en sus hermanos y vecinos del pueblo de Amgash, a los que la autora otorga ahora el protagonismo. A través de estos personajes, que en mayor o menor medida rodearon y conocieron a Lucy Barton, la autora nos ofrece sus propias vivencias y anécdotas íntimas, describiendo su día a día y la manera de pensar de la pequeña y cerrada comunidad que forman los habitantes de este lejano lugar. 

En total son nueve los relatos cortos y sencillos que podemos encontrar en el libro, pero su sencillez es en este caso su virtud; me ha gustado el trasfondo de cada historia, los recovecos del ser humano y las impresiones más íntimas de personas anónimas que podríamos encontrar en cualquier lugar. 

El libro empieza con el relato del anciano Tommy Guptill, que recuerda cómo perdió la próspera vaquería que regentaba a consecuencia de un incendio, y a partir de ahí, con anécdotas y pensamientos, vamos conociendo qué fue de su vida tras ese duro golpe, recordando a la pequeña Lucy, una niña perteneciente a una familia pobre y vulnerable. También conoceremos la historia de Patty Nicely, educadora social en el instituto del pueblo, la cual tras quedarse viuda y tener que cuidar de su madre, encontrará por casualidad en una librería el nuevo libro de Lucy Barton, y tras comprarlo y leerlo veremos qué repercusión tendrá en su monótona vida. Y así hasta nueve relatos de personas relacionadas entre ellas, como la hermana de Patty, Linda, o la del veterano de la guerra de Vietnam, Charlie, por el que Patty Nicely siente más que amistad. También es crucial, el encuentro entre los hermanos Barton, en concreto entre Pete, que sigue viviendo en la casa familiar, y Vicky, con la exitosa Lucy, y a través de éste conoceremos más sobre cómo fue la dura infancia de los hermanos. 

Como he dicho me ha gustado mucho el mimo con el que la autora ha escrito este libro, y la forma en que a través de una serie de relatos nos ofrece la reflexión sobre temas como la fe, las relaciones familiares y conyugales, las adversidades, la soledad o la pobreza, pero a la vez transmitiendo una sensación de solidaridad entre personas y un positivismo que enlaza con el título del libro. El ritmo de la novela es ágil y su prosa sencilla pero a la vez con mucho contenido, llevando al lector a la inevitable reflexión tras la lectura de cada relato. 

Es mi primer acercamiento a la escritura Elizabeth Strout y me ha dejado muy buen sabor de boca; me quedo con las ganas, y el propósito, de leer la anterior novela, Me llamo Lucy Barton, para conocer más sobre este personaje. Se trata de un libro lleno de sentimientos y emociones, para una lectura relajada y muy agradable.